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Foto del escritorAtilio Flores

El Apartamento: El reflejo de nuestra obsesión de amar


Por: Atilio Flores

Calificación: 4/5


Encontrar a la pareja perfecta muchas veces es difícil, pero cuando la encuentras y te enamoras estas seguro de que no hay vuelta atrás en continuar una vida juntos, no obstante, qué sucedería si esa ilusión se borrará radicalmente de nuestras vidas sin un por qué aparente o que por lo menos justifique la separación. Esa es la respuesta que Mattew (Josh Hartnett) tiene que encontrar, pero ¿por cuánto tiempo podríamos pasar para olvidarnos de ese ser especial que ha llenado nuestro corazón?


Wicker Park o “El Apartamento” como fue conocida en Latinoamérica y “Obsesión” en España, es una cinta dirigida por Paul McGuigan (Push 2009), remake de la película francesa “L'Appartement” de 1996, la cual fue protagoniza por Vicent Cassell, Mónica Bellucci y Romane Bohringer, la cual nos narra como un hombre trata de averiguar cual es el misterio que embarga la figura de su ex novia Lisa, quien desapareció de su vida sin dejar ninguna explicación dos años atrás.


El film nos centra en una historia romántica llena de misterios, envuelta en el suspenso de conocer qué es lo que lleva a que, tal como la vida nos plantea ante los dilemas más cruciales de la vida dentro del amor; ese amor que encubre toda capacidad de poder discernir qué es lo que oculta y qué es lo que se está dispuesto a sacrificar justo en el momento en que mejor nos trata la vida y no planeamos reencontrarnos con ese sentimiento del cual nos sentimos seguros de no caer en sus manos de nuevo.

Sin embargo, la trama hace reflexionar en otro fenómeno dentro de las garras del amor, aquel sentimiento de las pasiones ocultas y los amores prohibidos, de las utopías que cimentamos alrededor de los amores platónicos, reflejados a través del personaje de Alex (Rose Byrne), quien esta perdidamente enamorada de Matt, no obstante, ese amor de vista desata los eventos que giran entorno a volver imposible la relación entre Lisa (Diane Kruger) y Mattew, cuando éste encuentra un empleo y es necesario que se mude a Nueva York, a lo cual le propone a Lisa a que viaje con él.


En medio de este evento crucial de la película, Alex muestra esa desesperación que marca un respiro o una oportunidad para poder hacer valer su existencia en la vida de Matt, al no entregarle la carta que Lisa le deja, cuando le sale la oportunidad repentina de viajar a Europa y hacer una gira en una compañía de danza justo el mismo día en que Matt le propone vivir con él. 


A pesar de ello, la vida no tarda en dar ese golpe que se necesita para recobrar la compostura de los actos que se han realizado mal en la vida, siendo justo como inicia la historia de Wicker Park y como una serie de actos conlleva a otra, en una sucesión de eventos que involucra descubrir quién dice la verdad y como el destino muchas veces conspira para que las cosas no se den en su momento oportuno.

El uso de recurrente de flashbacks dentro del imaginario de los personajes, principalmente de Alex, va profundizando el misterio, lo cual hacen que el film tenga un ritmo impredecible a lo largo de su historia, pero con un final que el mismo espectador quiere que suceda, que se descubra la verdad y, sobre todo, que Mattew y Lisa puedan encontrar el momento perfecto para volver a ser felices el uno con el otro, siendo “Wicker Park” ese lugar enigmático de la pareja, donde tuvieron esa primera cita, sus encuentros casuales, ese lugar especial que todos tienen para reencontrarse con su yo amado.


Otro factor, que impulsa la película, es la serie de azares fabricados que todos realizan con fin de poder estar con las personas que deseamos estar, esas salidas, esos encuentros, el usar a terceros para poder llegar a donde queremos estar, situaciones que son cotidianas y a la vez únicas en la vía del amor, por lo que cada quien logra identificarse con algún personaje, aquel que busca a la chica, aquel que impide que se enamore, el iluso que es utilizado, y aquella que ama y no olvida.


Wicker Park nos contextualiza en ese dilema de encontrar y descubrir cuan vulnerables somos ante el amor, transformado en muchas ocasiones en obsesiones que implican complicidades y actos sobre humanos o como bien dice Alex: “El amor te hace cometer locuras, cosas sin sentido, cosas que jamás hubieras pensado que harías... Pero las haces sin poder evitarlo”.


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